“Nadie como cada uno conoce igual de bien su propio cuerpo”. Citando esta frase de Francis Bacon, la filósofa Amelia Valcárcel quiso entrar en el debate sobre el conocimiento que tiene el paciente de su propio organismo y, en consecuencia, la capacidad que debe tener el médico para escucharle y dialogar con él.
“Yo me veo en la obligación de citar filósofos porque me son muy familiares”, comentaba esta catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED para entrar en materia. Respecto a la frase del personaje histórico (que también fue canciller de Inglaterra), Valcárcel añadía que es completamente lógico que los pacientes quieran negociar los tratamientos que se van a aplicar sobre su propio cuerpo.
De hecho, la que también fue Consejera de Educación, Cultura, Deportes y Juventud del Gobierno asturiano destacó que incluso se pueden negociar los diagnósticos. La certeza que tiene la persona de que su organismo antes no se comportaba de una determinada manera “es un conocimiento irrefutable, aunque sea subjetivo”. En consecuencia, “es ahí donde entra la capacidad de escucha” del profesional médico.
Tal es la importancia de la escucha al paciente que, tal y como señala Valcárcel, puede determinar incluso los resultados de alguna prueba. “Una analítica puede darte un mapa perfecto de lo que está mal, pero incluso [en ocasiones] una analítica puede variar con una disposición emocional distinta”, terminaba reflexionando esta relevante figura de la filosofía y el feminismo español.
