La apuesta por la tecnología: pieza clave para afrontar los próximos desafíos sanitarios

Un año después de la llegada del coronavirus a nuestro país, Healthinking hace un repaso con el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), Joan Carles March, para conocer cuáles son los desafíos a los que se enfrenta el sistema sanitario, con un foco especial en la salud pública y su peso en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Un análisis transversal en el que la tecnología será un asunto crucial en el que ahondar y apoyarse.

En el contexto actual, uno de los aspectos que se ha revelado como esencial es la capacidad del sistema sanitario para el seguimiento de la enfermedad, con las labores de rastreo, vigilancia epidemiológica y registro como factores determinantes. En palabras de Joan Carles March “en una pandemia es fundamental que haya un rastreo adecuado”. Además de una formación específica en nuevas tecnologías, es necesario contar con una formación especializada en salud pública y vigilancia epidemiológica, para poder hacer un buen seguimiento de los contactos y colaborar en la prevención de nuevos casos o frente a futuros virus.

La inversión en estas tareas reporta también beneficios en términos económicos. Se estima que “detrás de cada euro invertido en rastreo hay un beneficio de siete. Si a esto le añadimos – y somos capaces de medir – aspectos como la calidad de vida, los beneficios que genera ese rastreo multiplican casi por veinte cada euro invertido”.

El doctor March apunta a otro aspecto cuyo refuerzo ha puesto en evidencia la pandemia: la vigilancia epidemiológica. Para ello, la tecnología y la digitalización tienen que propiciar que se llegue a lograr información y datos sobre registros de incidencia, hospitalizaciones o pacientes recuperados, casi en tiempo real. Otras herramientas que el experto percibe como muy útiles para realizar proyecciones de futuro a partir de las que tomar decisiones, son las que aporta la Inteligencia Artificial (IA) o el Big Data, especialmente relevantes en el tratamiento de la información y los datos.

Asimismo, Joan Carles March se ha referido a la vinculación entre las diferentes pandemias y el consumo de determinados alimentos como otro de los retos a los que debe hacer frente el sistema sanitario. “La salud alimentaria es, por tanto, un tema importante y necesita de más tecnologías que permitan controlar mucho mejor cualquier tipo de crisis o cualquier posible efecto que pudiera tener sobre la salud pública”.

El profesor March nos alerta también sobre un problema de salud ligado a los antibióticos y los tratamientos médicos que existen. Se están generando unas resistencias tan importantes que hemos de plantearnos cuál debe ser respuesta del sistema sanitario para hacer el abordaje más adecuado. “La salud pública tiene que buscar la mejor manera para no generar resistencias a los antibióticos porque si se sigue teniendo una resistencia tan alta a los antibióticos, vamos a tener un problema mucho más importante de cara al futuro”.

Para nuestro experto, otra cuestión que puede impactar en la salud pública es la salud ambiental, su relación con el cambio climático y con todos los elementos ligados al medio ambiente. “Necesitamos un abordaje claro y global sobre cómo afrontar estos temas de medio ambiente. Es uno de los retos más importantes de cara al futuro”.

Joan Carles March Cerdá – Médico Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública – es profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y codirector de la Escuela de Pacientes. Es también investigador responsable del grupo de Salud Pública en lo Profesional y lo Ciudadano, del Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS-GRANADA) y miembro del CIBER de Epidemiología y Salud Pública.

Pero la pandemia también ha evidenciado cómo debemos abordar otros aspectos más novedosos de la salud pública como la salud comunitaria. Más allá de la atención sanitaria, la salud comunitaria incluye las redes que se producen en los barrios, las personas que viven en un bloque, aspectos relacionados con los estilos de vida individuales y grupales, las redes comunitarias como manera de sentirse bien, de poderse ayudar, en definitiva, aspectos que sabemos que pueden ser relevantes para la salud de las personas. A su modo de ver, “esto puede ayudar a que los ciudadanos se sientan mejor y tengan, por lo tanto, una mejor salud”.

En este repaso a las mejores prácticas que debería abordar el sistema público de salud, el doctor March está a favor de la puesta en marcha de la Agencia Estatal de la Salud Pública. La nueva entidad debería ejercer un papel de liderazgo que refuerce el trabajo en red con las comunidades autónomas o con el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), en una visión de coordinación con otros países. Una agencia de salud pública “que lidere, que escuche, que empatice con la sociedad, que tenga en cuenta las desigualdades en salud existentes, que trabaje con los más vulnerables”, y que entre sus funciones incluya la comunicación y divulgación, la mejora del rastreo y la gestión de los datos, o la definición de protocolos de actuación cuando llegue un nuevo virus, que puedan mejorar  la capacidad del sistema “a la hora de poder tomar las decisiones oportunas para poder actuar de forma precisa y adecuada”.

Además de la Agencia Estatal de Salud Pública, el doctor March ha subrayado la trascendencia de la comunicación y los nuevos canales de información que emplea la ciudadanía – como los podcasts –para entender lo que sucede. Por un lado y en cuanto a la difusión de información a través de las redes sociales, el doctor Joan Carles March ha defendido cómo saber trabajar en equipo utilizando esas tecnologías; y por lo tanto reforzando elementos del teletrabajo que son aspectos que influyen en un contexto de crisis sanitaria.

Hemos aprendido a que el papel es prescindible y se leen las revistas científicas a través de dispositivos electrónicos. Añade que “han emergido nuevos canales y dispositivos, pero ¿cuál es su papel ante una situación de crisis sanitaria como la actual? Es necesario ser conscientes de que todos ellos influyen en la respuesta que damos y, por lo tanto, hay que utilizarlos de la mejor manera posible para que esa respuesta sea la buena”.

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