Anna Sort, enfermera, emprendedora digital y actual Head of Growth en Games For A Living, propone que un cambio de mentalidad puede marcar una diferencia radical: la gamificación como estrategia clave para mejorar la experiencia, la comprensión, la adherencia y la autonomía de quienes conviven con enfermedades.
Mientras trabajaba como enfermera en Blizzard Entertainment, uno de sus compañeros sufrió una embolia pulmonar derivada de una diabetes no diagnosticada. Al asumir el reto de acompañarlo en los primeros días de su nueva vida como paciente crónico, se encontró con un vacío: herramientas educativas poco útiles, escasa personalización y una autonomía muy limitada para alguien que debía gestionar su salud día a día. “Me di cuenta de que no era un problema de capacidades. Este chico jugaba a World of Warcraft, un juego muchísimo más complejo que la diabetes. El problema era cómo lo explicábamos”.
De esta necesidad surge una idea: aplicar las lógicas de la gamificación al cuidado de la salud con un foco clave, diseñar caminos adaptativos, como los tutoriales progresivos de un juego, que guíen, motiven y recompensen al paciente cuando cumpla con sus objetivos. Sort, lo aclara: “no se trata de tener una app espectacular, sino de que el recorrido del usuario tenga sentido. Que la información llegue en el momento justo. Que sientas que tu esfuerzo vale la pena”.
La clave está, según apunta ella, en equilibrar dos elementos clave: la competencia de paciente y la autonomía que se le concede. A mayor competencia, mayor autonomía y viceversa. Así, explica Anna, “ese equilibrio entre lo que sabes hacer y lo que se te permite hacer es algo que los videojuegos trabajan muy bien, pero que en salud no se aplica. Tratamos igual a una persona recién diagnosticada que a otra que lleva años conviviendo con la misma enfermedad”.
Por ello, insiste Sort, estas herramientas tecnológicas tienen la finalidad de adaptarse al paciente a un nivel profundo, a su estado emocional, al conocimiento previo, a su ritmo… “No se trata de darte toda la información en la primera consulta, sino de darte acceso a lo que necesitas en cada momento. Como desbloquear niveles. Y si además puedes elegir si quieres acompañamiento o prefieres ir por tu cuenta, mucho mejor”, declara la experta.
A pesar del enorme potencial de la aplicación de soluciones tecnológicas, como la gamificación a la salud, la innovación digital llega a este campo cuando ya se ha consolidado en otros sectores, lo que supone que se genere una imitación de otros sistemas y no una verdadera innovación desde dentro. Si bien esta situación puede ser problemática, Sort también lo lee como una oportunidad: “Hace diez años, una aplicación para adolescentes diabéticos que simplemente ponía una carita sonriente al registrar los valores del glucómetro ya mejoraba la adherencia y aumentaba la satisfacción en un 66%”, concluye.
Ya que muchas de estas aplicaciones mejoran aspectos centrales para la salud y el bienestar del paciente -tomarse las constantes, mantener unos hábitos…-, estas soluciones digitales, ofrezcan o no una gran innovación, son muy bien recibidas. Sort anima a no caer en el conformismo y a aspirar a un nivel de exigencia alto, como el del sector del entretenimiento digital: “allí compites con más de 9.000 juegos nuevos cada año. En salud no hay esa competencia, pero eso no significa que no debamos trabajar con el mismo nivel de excelencia en el diseño del viaje del paciente”
Anna Sort Anna Sort es una emprendedora tecnológica especializada en salud digital, gamificación y ciencia del comportamiento. Ha desarrollado soluciones innovadoras para la gestión de enfermedades crónicas, ensayos clínicos y formación sanitaria, combinando diseño centrado en el paciente con tecnología escalable. Actualmente lidera la estrategia de producto y marketing en Games for A Living, donde aplica su experiencia en salud al desarrollo de experiencias interactivas en entornos Web3. Anteriormente cofundó PlayBenefit, centrada en herramientas digitales gamificadas para hospitales y farmacéuticas. Ha sido ponente en foros internacionales como el Mobile World Congress o TEDx, y ha impartido clases en instituciones como Stanford y la Universitat de Barcelona. Con un MBA y un máster en Sistemas Cognitivos e Interactivos, trabaja para transformar el cuidado de la salud a través del juego, la tecnología y el diseño humano.
Además de la utilidad de la aplicación de soluciones digitales como la gamificación al cuidado de la salud, la evidencia disponible muestra cómo jugar a videojuegos tiene efectos beneficiosos para el tratamiento de algunas patologías. De esta manera, los videojuegos podrían tener efectos beneficiosos para personas con estrés postraumático o aumentar el compromiso en los procesos de rehabilitación física.
“Si puedes convertir un ejercicio repetitivo en un juego en el que compites con amigos, en una sala o desde casa, la experiencia mejora”, explica Sort. Pero subraya que no se trata de sustituir terapias, sino de enriquecerlas. “Siempre que tenga sentido, que mejore lo que ya existe, que motive y aporte, tiene cabida. Pero hay que preguntarse: ¿es realmente un videojuego lo que necesito, o es una experiencia más sencilla con elementos de juego lo que va a marcar la diferencia?”.
Si bien el futuro de la salud pasa inevitablemente por la digitalización, Anna Sort señala que no podemos olvidar el factor humano y que, en este caso, la tecnología debe venir para sumar. “Si tú solo puedes ver a tus pacientes una vez al mes, necesitas otras formas de acompañarlos entre visita y visita. Y ahí es donde la tecnología, bien usada, puede marcar la diferencia”.
De esta manera, para la experta la clave de la innovación en salud no está en aplicar la última tecnología, sino en diseñar experiencias que aporten valor al paciente en el manejo de su propia enfermedad, facilitado herramientas para comprender, decidir y cuidarse siempre desde el equilibrio entre la competencia y la autonomía y sin olvidar lo humano. Ante este reto, la gamificación ofrece una respuesta: jugar, en el mejor de los sentidos, para cuidarnos más y mejor.
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